Aristos: 47
Zaraobe: 30
Y apareció Valverde.
Y, ¿Qué Valverde? el del Madrid, el ciclista, las hermanas…
Pues ninguno de esos.
El 27 de Aristos. Como Julio Cesar, llegó vio y venció.
Y podíamos acabar aquí la crónica de un partido que ha tenido dos partes.
Una primera parte nefasta y una segunda donde hemos sido capaces de competir.
El partido era a las nueve, el desayuno a las siete y media y el autobús a las ocho.
Ayer tampoco fuimos pronto a dormir, ya que quedamos subcampeones del concurso de triples.
No es excusa, pero aparte del baloncesto, esto era algo más.
El partido de la tarde, ni comentar.
Pero y volviendo al comienzo, volvimos a tropezar con Valverde y los suyos, una y mil veces. Incluso se propusieron mantearme, les caigo bien, claro como no me conocen, pues es lo que ahí.
Y venimos a comer el último día y, ¿Quién estaba?
Valverde y los Aristos, que suena a grupo de moda de los setenta.
Así que les ha dado mi número de móvil para echar, si se puede, un amistoso en Getafe y otro en Amurrio.
Y como dijo Rick, en la mítica Casablanca, esto puede ser el comienzo de una bonita amistad.